La Escuela Graduada de Ciencias y Tecnologías de la Información de la Universidad de Puerto Rico se une al homenaje póstumo que el pueblo de Puerto Rico le rinde al singular don Tommy Muñiz. Que descanse en paz.
16-Enero-2009 | Editorial de El Nuevo Día
Puerto Rico tiene mucho que agradecer grandemente a la figura multidimensional de Tommy Muñiz, cuyo paso notable por la industria de las comunicaciones marcó a generaciones de puertorriqueños.
Libretista, actor, productor, comediante, director y mantenedor de televisión, administrador de medios, empresario de las comunicaciones y ecologista. Todas esas facetas se conjugaron con éxito en la hoja de vida de este extraordinario puertorriqueño que el País perdió en la madrugada de ayer.
En la memoria colectiva quedarán grabadas las imágenes del patriarca de espejuelos, medio calvo y bonachón que don Tommy encarnó en el programa “Los García”, el campechano entrevistador de “El Show de Tommy” y el inolvidable protagonista de la película “Lo que le pasó a Santiago”.
Estas fueron algunas de las caracterizaciones más visibles de una vida espectacular que tuvo sus raíces en la radio y que desarrolló su potencial en la pantalla chica desde sus inicios en los años 50. Su historia personal se entrelazó con ese medio, al punto que logró imprimirle su personalidad a los llamados programas del patio que desarrolló y convirtió a “La Taberna India”, “Esto no tiene nombre”, “El Colegio de la Alegría” y “Los García” en productos netamente puertorriqueños. En esa labor titánica no estuvo solo. Sus colegas y amigos Luis Vigoreaux, José Miguel Agrelot (Don Cholito) y Paquito Cordero, con quien produjo “El Show de las 12”, fueron coprotagonistas de aquella gran obra combinada de entretenimiento, identidad y responsabilidad social.
Fue también un ardiente defensor de la clase artística, varias de cuyas generaciones tuvieron por más de 50 años en sus programas talleres idóneos de sustento y aprendizaje. Como gran actor, don Tommy interpretó con naturalidad y realismo sus personajes. Prueba fehaciente de ello fue la actuación como coprotagonista en la única película boricua nominada a un premio Oscar y con la que contribuyó a destacar el nombre de Puerto Rico.
No podemos pasar por alto las aportaciones de Muñiz como empresario y propietario de medios, las que, como otras tantas instancias de su vida, están estrechamente vinculadas a su carácter. Su ética, sentido del deber y su compromiso con la verdad le llevaron a hacer historia al viabilizar la transmisión íntegra de un proceso legislativo igualmente histórico, las vistas del Caso Maravilla, en directo y ampliada con comentarios, para que el País fuera el juzgador.
Su compromiso con la tierra, con la conservación, fue otro fuerte distintivo del querido don Tommy Muñiz.
En sus casi 87 años de vida, Tommy Muñiz pudo participar en la rápida evolución del mundo de las comunicaciones. Y aunque no podrá ser testigo de la era digital que se avecina, no importa. Tuvo una vida plena, la que celebramos hoy y recordaremos por siempre.
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